Reisemobilstellplatz Schlosshafen

Llegamos, aparcamos la autocaravana frente a la barrera y recorrimos el recinto. Aún quedaba espacio libre. Mientras tanto, un empleado se acercó, cogió un cono y lo colocó justo en el lugar que habíamos elegido. No le habíamos prestado suficiente atención a la amable mujer al pasar por el bloque sanitario. Tras presentarnos, por fin nos permitieron acampar.

El sitio estaba limpio, las instalaciones sanitarias estaban bien, pero 26 euros era demasiado caro; la electricidad y las duchas se pagaban aparte.

No hay agua potable en las bombas. Parece que llevan días rotas. A ese precio, y a nadie le importa. Es una pena.