Hospitalario. Útil. Amigable. Simplemente genial. La bomba de agua estaba rota. Se desmontó, se pidió uno nuevo y se instaló. Las entradas de Semana Santa estaban agotadas, pero después de unas horas de llamada, todavía estaban arregladas en primera fila. Traído porque no se anda en bicicleta en la oscuridad los días festivos. Nada es demasiado. En definitiva, super servicio y, sobre todo, super divertido.
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