Bonito lugar para pararse. Agradable actividad en el puerto. Cuando llegamos olía a gasoil flotando en el agua, pero se disipó. A veces también se puede oler la fábrica de procesamiento de algas. La gran ventaja es que no hay mosquitos (no-see-ums) que nos molesten en nuestro paseo en bicicleta una vez que salimos de la costa. No hemos encontrado agua. Una tienda a la vuelta de la esquina (sin cerveza, pero con vino)
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