Desde el momento en que llegué al campamento a última hora de la tarde, las vibraciones positivas eran palpables. Un anfitrión dedicado estuvo allí para saludarme y amablemente me guió a mi campo. Su entusiasmo era evidente, aunque había una ligera barrera del idioma con algunas explicaciones aparentemente en alemán. Sin embargo, su amabilidad genuina trascendía cualquier diferencia de idioma. El camping en sí emanaba un ambiente tranquilo y hermoso.
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