Pensamos que era un campamento muy malo, que más se parecía a un estacionamiento descuidado. De hecho, había dos autos gordos estacionados en nuestro lugar al llegar, que resultaron ser de nadie (probablemente huéspedes del restaurante). Además, no estaban orientados a los huéspedes en absoluto. La recepción está escondida en el restaurante, por lo que es casi imposible informar de algo. En el restaurante caca-chic que viene con él, nos pidieron que hiciéramos
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