Camping natural muy bonito, tranquilo e idílico, de gestión familiar y sin parcelas. Cada uno puede pararse donde quiera. Lugares soleados y sombreados. No hay aguas para bañarse, pero son perfectas para pescar. Muy bonitos carriles bici por todas partes y Grimma es fácilmente accesible en las inmediaciones. El edificio sanitario está limpio y renovado. El dueño muy amable se encarga de todo. Electricidad disponible. Eso es todo :)
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