nos quedamos aquí por 2 noches a finales de agosto. Los perros en los apartamentos de los alrededores continúan ladrando entre sí y eso resuena muy bien entre los edificios. También hay un burro, gallos y gallinas (que andan libres). Bastante tranquilo por la noche. La conexión con tren a Bilbao es muy buena. El pueblo en sí tiene una historia interesante.
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