El prado pertenece a un restaurante, si comes allí puedes pasar la noche gratis. Es muy tranquilo y está en un hermoso entorno montañoso. Nonna, que ahora tiene 92 años, no cocinó para nosotros, pero nos dieron una pizza muy sabrosa y nos sirvieron rápidamente y de manera amistosa. El restaurante es muy sencillo y bastante incómodo, pero los amables anfitriones definitivamente lo compensaron.
lees meer